4 Juegos de inteligencia emocional para niños
La inteligencia emocional se encuentra definida como la capacidad que tiene un individuo de reconocer sus emociones, aceptarlas e inclusive manejarlas de forma equilibrada.
Este es uno de los elementos clave para el crecimiento personal de todo ser humano, pues mientras mayor sea la inteligencia emocional que se tenga, el individuo tendrá mayor fuerza mental además de creatividad.
Esta deberá comenzar a desarrollarse en la edad infantil, para que pueda ayudar a los pequeños a favorecer tanto su autoestima como su autoconcepto.
Una de las maneras más sencillas de promover este aprendizaje es a través del juego; es por ello que a lo largo de este artículo aprenderás sobre algunas dinámicas de inteligencia emocional que beneficiarán a los más pequeños en pro de un mejor futuro.
¿Por qué es importante tener inteligencia emocional?
Aunque no lo creas, la inteligencia emocional ayuda a los niños a socializar mejor. En este sentido, es preciso mencionar que las personas con mayor estabilidad emocional son capaces de tener relaciones sociales más duraderas además de exitosas. De esta manera, se promueve el crecimiento de la empatía, ya que el entendimiento de ciertas emociones ayudará a comprender lo que sienten los demás en un momento determinado.
Incluso, según expertos en la materia como los psicólogos Natalio Extremera y Pablo Fernández, quienes tienen una mejor inteligencia emocional experimentan menos emociones negativas, lo cual hace que tangan una mejor salud física e inclusive mental. Una persona emocionalmente inteligente es capaz de examinar sus propias emociones, así como también las de otras personas.
Algunos juegos o actividades de inteligencia emocional niños
Para que los más pequeños empiecen a desarrollar su inteligencia emocional, se recomiendan juegos como los siguientes:
Estatuas emocionales
Para llevar a cabo este juego, los pequeños deben estar dispersos por el aula e ir moviéndose o realizando cualquier acción como bailar, simular la presencia de frío o calor, caminar, colocarse de puntillas, entre otras.
De manera imprevista, el docente deberá gritar: 123 acompañado de cualquier emoción, como, por ejemplo: “123 alegre” “123 rabioso”, “123 agradecido”, etc. Inmediatamente, el pequeño tendrá que paralizarse dibujando la expresión señalada tanto en el rostro como en el cuerpo.
Tiempo después, el propio docente tendrá la potestad de descongelar las estatuas excepto aquellas que se muestren realmente convincentes. De esta manera, les explicará a los estudiantes todo lo referente a la emoción que haya sido mencionada.
Esta dinámica es similar al clásico juego del pollito inglés y puede repetirse las veces que sean necesarias con emociones distintas.
Hacer dramatizaciones
La dramatización o personificación es un recurso importante para el estudio de las emociones, por este motivo se recomiendan las clases de teatro en algún momento de la formación escolar; pues a través de ellas se incrementa la empatía, así como el desarrollo de una mayor sensibilidad y estimula el trabajo en equipo, pues cada participante desempeña un rol importante dentro de la obra que se lleve a cabo.
Esta actividad es del agrado de los más pequeños, ya que deberán interpretar personajes que pasan por situaciones que posiblemente no hayan vivido. Al realizar este tipo de prácticas es muy frecuente que surja la inseguridad, que desencadena una emoción tan común como el miedo, este puede ser a hablar en público o a equivocarse en plena acción; estos sentimientos que generan preocupación deberán trabajarse de inmediato para que dejen de ser un problema.
Otras de las ventajas que ofrece el teatro es que permite a todos sus estudiantes practicar la improvisación además de ayudarlos en la toma de decisiones.
Mi caparazón seguro
Al sentir emociones como la ira, tristeza o cualquier otra que se encuentre ligada a la preocupación a cualquier edad es inevitable tener reacciones inapropiadas, tales como gritar, agredir a los compañeros e inclusive provocar destrozos materiales por motivo de un impulso. Por ello, es de gran importancia llevar a cabo este tipo de dinámica, la cual consiste en que el docente enseñe a los alumnos a realizar su propio caparazón, donde se esconderán solo si tienen algún sentimiento que les genere inestabilidad.
Su caparazón o guarida más segura será su cuerpo, en el momento en que se encuentren molestos pueden colocarse en posición fetal o en cuclillas, boca abajo y cubriendo su cabeza hasta que la emoción correspondiente desaparezca.
Juego de los tarros
Para llevarlo a cabo debes disponer de dos tarros o dispensadores debidamente identificados; uno de ellos será de las emociones producto de las buenas noticias como por ejemplo la alegría, mientras que el segundo dispensador será para el miedo, rabia o preocupación.
Cada niño deberá encargarse de dibujar la emoción o situación que el docente le indique en un momento determinado para luego colocarlo en los dispensadores mencionados previamente. Cuando todos hayan terminado, el docente deberá sacar los papeles del dispensador y repartirlos entre los pequeños para que cada quien adivine el sentimiento. De esta manera, aprenderán a diferenciar las distintas emociones que existen.
Los libros de cuentos: una inteligente opción para niños y grandes
Leer cuentos relacionados con esta temática es una excelente recomendación. Uno de los más populares es “Así es la vida”, de las escritoras Ana Luisa Ramírez y Carmen Ramírez, el cual enseña que a lo largo de la vida se transita por distintas emociones, ya que existen momentos de plena felicidad, pero también se pasa por otros donde el miedo, la rabia, decepción e inclusive la frustración son los principales protagonistas.
Además de las emociones, este libro se encuentra lleno de importantes temas que llevarán a niños y grandes a realizar importantes reflexiones. Por medio de este interesante escrito sabrás cuál es la forma correcta de enfrentar cientos de obstáculos con la mejor actitud, una de las claves más importantes de la inteligencia emocional.
La práctica constante de alguna de estas dinámicas hará que los niños vayan adquiriendo conocimientos más sólidos con respecto a las emociones. Recuerda que mientras más altos sean los niveles de inteligencia emocional, será mucho más fácil alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida.
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